Por: Juana Hernández Martínez
Un punto muy importante a destacar es la Familia sindiásmica, que es aquella familia formada por un hombre y una mujer en la que la poligamia y la infidelidad ocasional eran un derecho de los hombres. Se exigía la más estricta fidelidad a la mujer mientras durase la vida en común. En el momento que esta se disuelve los hijos pasaban a pertenecer solo y exclusivamente a la madre.
Ahora bien, en nuestros tiempos debe de considerarse que “existe” una equidad de género, en donde el hombre y la mujer son iguales, sin importar color de piel, lenguaje, ideología, etc. Y es curioso cómo es que la sociedad maneja términos aversivos hacia las mujeres que han sido infieles conyugalmente, mientras que, si un hombre es infiel, la sociedad (considero al menos en México) refuerza al hombre su infidelidad haciendo comentarios como: ¡Ese es un Hombre!. Supuestamente al existir una equidad de género debería de mantenerse el mismo concepto hacia la infidelidad conyugal.
Cabe mencionar, que la infidelidad conyugal no es la misma en todas las culturas, es decir, existen culturas en donde la infidelidad conyugal no es juzgada por la sociedad como lo es en otras culturas. En México, la infidelidad conyugal no es bien vista por la sociedad y específicamente si proviene de una mujer, debido a nuestros orígenes, cultura, ideología, etc.
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