Revista Internacional de Psicología ISSN 1818-1023
Vol.7 No.2
PSICOLOGÍA Y DESEMPLEO
Eileen Aránguiz Garrido
¿Por Qué y Cómo Estudiar El Trabajo Y El Desempleo Desde La Psicología?
“Trabajar para vivir, no Vivir para trabajar”. Si bien esta frase es muy conocida por todos nosotros, también es cierto que gran parte de la vida de una persona gira en torno a su trabajo. Si consideramos que un chileno promedio ingresa al mundo del trabajo aproximadamente a los 23 años, se jubila a los 65 años (60 en las mujeres) y vive hasta los 73 (78 en mujeres), concluiríamos que pasa poco más de 40 años trabajando: prácticamente la mitad de su vida (sin contar los años de estudio – desde educación preescolar a superior – ni tampoco a aquellas personas que comienzan a trabajar alrededor de los 15 años.
Desde este punto de vista, es lógico que la psicología se encargue de estudiar las consecuencias (tanto positivas como negativas) que acarrea el trabajo en las personas, intentar que ellas se sientan cómodas en sus organizaciones y también estudiar qué pasa cuando no se tiene acceso al mercado laboral. Más allá del salario que implica el estar empleado, también – y como lo diría la tan celebrada frase - “el trabajo dignifica al hombre”: es una fuente de identidad, de autoestima, de crecimiento y de integración de la persona en la sociedad (Yáñez, 2005b).
Sin embargo, para lograr entender el trabajo – el empleo y el desempleo-, debemos adoptar un enfoque interdisciplinario que sea capaz de integrar a la psicología y otras ciencias sociales (sociología, antropología, etc.) sin dejar de lado el proceso constante de globalización que cada día vamos viviendo.
En el desempleo intervienen muchos factores. Por mencionar algunos, la economía, la política, la globalización, las nuevas tecnologías, la creación y cierre de empresas, etc.
“trabajo” y “empleo” no significan lo mismo
“trabajo hay, lo que hace falta son empleos” (Bravo, González
y Rodríguez, 2000). Nuestra gente vive sin agua, sin cloacas, sin caminos. Es muy difícil aceptar que falte trabajo con 250 millones de niños trabajando en las peores condiciones... Esta es la cuestión: hay mucho trabajo sin hacer, es trabajo necesario, indispensable, pero desde la precariedad, desde la improvisación, desde la desorganización, la pobreza o la total ausencia del Estado, ese trabajo no se hace porque, o no hay quien lo pague, o no hay quien lo exija; pero en definitiva no hay empleo.”
Judith Crescencia Guerrero Martinez
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